Eisbock

La cerveza Eisbock debe su nombre gracias a su prefijo eis- que en alemán se traduce como hielo. Esta bebida se elaboraba congelando el brebaje y extrayendo el hielo, que en su gran mayoría era agua debido a que se congela antes.

Al ir quitando el agua congelada, lo que se consigue es una bebida alcohólica con un nivel de alcohol muy elevado. Alrededor de unos 10 grados, siendo así la cerveza Bock más potente en referencia a la graduación alcohólica.

El descubrimiento (algo accidental) de la cerveza alemana Eisbock viene acompañado de una divertida historia. Que sea un cuento de hadas o no, es cuestión de las estrellas, ¡pero hace que el aprendizaje sea más divertido!

La leyenda comienza en una fría noche de invierno de finales del siglo XIX en la fábrica de cerveza Reichelbrau de Kulmbach (Baviera). El joven cervecero acababa de terminar un duro día de trabajo, que incluía palear el grano usado, transportar barriles al almacén y hacer mucha, mucha limpieza. El chico, agotado, espera que le den permiso para irse a casa, pero antes de hacerlo, el jefe de la fábrica de cerveza le pide que traiga el último barril. Mientras el chico se arrastra hasta el último barril, se da cuenta de que ha engordado al menos doscientos kilos, para lo que su débil y cansado cuerpo no estaba preparado, así que en lugar de intentarlo y fracasar, o peor aún, romper el barril, decide que una noche de fiesta no le vendrá mal.

A la mañana siguiente, el chico se levanta muy temprano para entrar en el barril antes de que alguien lo vea, pero se lleva una desagradable sorpresa. La gélida noche de invierno ha hecho que el barril y su contenido se expandan, dañando la frágil unión de los troncos. Se resigna a que probablemente le echen y espera a que llegue el cervecero.

Enfadado por la situación y la destrucción del barril y su contenido, el cervecero comenzó a golpear el barril para intentar abrirlo. Una vez que lo consiguió, le dio al chico dos opciones: beberse toda la cerveza que había destruido o marcharse. El chico se decidió a beberla con vacilación, pero en ese momento descubrió que la cerveza no estaba destruida en absoluto, sino enriquecida con un nuevo y ardiente dulzor, una malta densa y un mayor sabor a frutas oscuras.

Esta es la historia de la cerveza Eisbock, pero ¿qué es una Eisbock? En pocas palabras, la Eisbock es una Bockbier más fuerte gracias a un proceso de producción llamado destilación por congelación. La cerveza Eisbock se elabora mediante liofilización, que separa el agua de los demás ingredientes, alcohol y azúcares, para concentrarlos. Como el punto de congelación del agua es inferior al del etanol, el agua se congela y el alcohol permanece en estado líquido. Una vez eliminado el agua en forma de hielo, la cerveza que queda es mucho más fuerte que antes. El proceso de congelación también contribuye a crear un alcohol agradablemente cálido y una complejidad de sabores de malta más suave, profunda y rica.

La presencia de alcohol en esta cerveza Eisbock de entre 9 y 14% de volumen de alcohol supera la mayor parte del amargor y los sabores del lúpulo que suelen encontrarse en las bocks. El alcohol puede ir de dulce a picante, de afrutado a rocoso. Con un cuerpo pesado, casi almibarado, y muchos sabores a malta, los aromas son principalmente a pan tostado, caramelo y chocolate. El color de la cerveza Eisbock puede oscilar entre el negro y el rojo rojizo y es mejor beberla en un vaso de pie. El envejecimiento también forma parte del proceso de elaboración de la Eisbock y suele durar más de cinco años.

Hoy en día, la Eisbock se considera un estilo de cerveza muy poco común debido al coste, el tiempo y el esfuerzo necesarios para producirla. Los eisbocks tampoco se encuentran en Estados Unidos porque las leyes sobre el alcohol no permiten a las cervecerías utilizar la liofilización. Es interesante observar que normalmente es legal elaborar cerveza con un contenido de alcohol del 20%, pero la Eisbock americana con un contenido de alcohol del 9-14% no puede elaborarse por congelación y concentración.